Sentimiento de hoy: JOY! *O*
Hoy soy feliz! El incidente del Viernes ha perdido toda su relevancia, y me siento la felicidad encarnada. En fin, el martes el profe de canto me dió un super-discurso sobre mi inhibición... se la pasa diciendo que tengo el nivel, que porque me inhibo... francamente ni yo misma lo sé. Es algo extraño. Me encanta cantar, es una de mis mejores maneras de expresión; pero al sentirme observada/admirada me siento extraña, tan extraña que mi voz reacciona. Y el profe de canto se enoja xD En fin, hoy en clase me dió menos pena de la usual, vamos 1-0 en la lucha contra la inhibición! (me sentí de esos de "Únete a los optimistas!!").
En fin, el miércoles en teatro fue genial! Ese taller es demasiado divertido. Hicimos una improvisación, y yo era una señora argüendera!! Me divertí mucho con eso, fue genial. Aunque ya lo haya dicho en el principio del párrafo.
En fin, estos días han sido geniales. Me encanta sentirme feliz sin razón aparente. Lo único que le falta a mi existir en este momento es un iPod y un Seth Green en mi cama; es mucho pedir? *ojitos Candy Candy* Ok no.
En fin, como en la prepa poca gente me habla, me veo sumida en constantes reflexiones a lo largo del día. Hoy me pasó algo curioso. Estaba caminando como si nada hacia mi clase de Tópico, y cuando bajaba las escaleras de los lockers miré hacia las personas, pero no vi personas. Ví bolsas, zapatos, y accesorios andantes. De pronto me sentí en una película grotescamente real. Me sentí completamente absorta en mi mundo, pero consciente de que no formaba parte del otro. Como si lo viera por fuera. Como si al caminar fuera tan invisible, que el mundo parecía una película teen de un muy mal director. Fue extraño, pero a la vez me hizo reflexionar mucho. Hoy me sentí invisible, me sentí fuera de ese mundo. Pero ¿sería yo capaz de entrar en ese mundo sin notarlo? ¿Y si ya soy una bolsa andante? Confieso, sin pena, que soy algo consumista. Pero ¿mi consumismo me convierte en un Airhead? Y, a modo de excusa, ¿es que alguien en este mundo consume sólo lo que necesita (teniendo la oportunidad de obtener un lujo)? La respuesta es si/no. Y arriba la ambiguedad. Por un lado, la religión nos convence de que nuestros pobres POBRES prójimos no pueden tolerar la visión de que nosotros, malvados y adinerados pecadores, obtengamos un lujo que ellos no pueden. Pero el reprimir tus deseos no te lleva al cielo. Los deseos existen y, por consiguiente, debieran ser satisfechos. ¿No se supone que Dios, todopoderoso y eterno, nos manda a esta vida a ser plenamente felices? ¿No nos ama simplemente por ser sus hijos, y no por lo que reprimamos en sacfricio a su nombre?
Los católicos son tan contradictorios... Y por el otro lado de la moneda, es también "malo" dejarse caer a lo profundo del consumismo; o más bien, no ver más allá de éste. Una persona que cree en el valor de las demás por lo que compran no vale ni el 5% de la compra. Ahí es dónde entra mi enmediada posición en el consumismo. Sí, caigo en él; pero estoy plenamente consciente de que no lo es todo y de que eso no define quién es nadie. Porque, vamos, no creo que sea pecado querer/tener unos zapatos bonitos, o una linda falda. Yo podría caer en el vicio consumista, incluso hasta el fondo. Sucumbir hasta el centro de la tierra, ahogada en compras; pero siempre sabré que eso no me define por completo. Estaré por siempre en la cuenta de que alguien puede no comprar nada, y como quiera ser un idiota superficial. Y tal vez alguien que compra mucho es la reencarnación de la Madre Teresa de Calcuta. Y no digo que yo lo sea, es sólo una mala comparación.
Aunque, si hay consumos que se me hacen tontos. Vamos que, comprar 500 mil 300 zapatos es enfermo. Sí, me gustan los zapatos (y mucho, por cierto), pero una cosa es tener los pares que te hacen sentir bonita; y otra muy diferente es arrasar con la tienda por el mero hecho de que tienes mucho dinero y quieres tener todos los zapatos. O simplemente, por show-offear (olvidé la palabra en español). Eso es insano. O esa gente que se va de fin al otro lado cada semana y regresan con millones de cosas que finalmente tirarán con poco uso. Se me hace un desperdicio comprar algo que sé que no usaré nunca. Sólo hay pocas cosas que me doy el lujo de comprar y luego contemplar, tales como una litografía o un calendario. Pero eso de comprar cosas a lo pendejo, como que no aplica para mí. No me gusta usar cosas porque ya las compré, y ahora las uso. No. Me gusta comprar cosas que SÉ que usaré. No me gusta que el consumismo me domine al grado de tener la NECESIDAD de usar las cosas porque ya sucumbí al vicio de comprarlas y no tengo otro remedio más que usarlas. Soy maleable, pero no tanto.
En fin, saliéndonos de la relfexión sobre el consumismo, tengo que decir que me siento tan feliz... es verdad que extraño a toda mi gente de GS, y mucho. Pero me hace sentir tan contenta verlos y saber que me han extrañado, que se me olvida la nostalgia; se me olvida la tristeza y me dedico a disfrutar de mi alegría. Eso me recuerda que por esta misma razón estuve metida en otra reflexión el Miércoles... de nuevo nos metemos al tema de mi capacidad de querer.
Hay tantas personas que quiero. Y todas son especiales para mí, pero cada una en su propia manera. No puedo querer igual a mi madre que a mi perro. Sería absurdo. Es como si mi corazón fuera una unidad habitacional en la que los cariños, del mismo tamaño y con la misma intensidad, fueran departamentos. Son de la misma magnitud, pero son distintos; lo cual no los hace mejores ni peores que nada... sólo son diferentes.
Me cuesta tanto trabajo hacer comprender esto a la gente... "Es que tienes muchos amigos y no me haces caso". Ésta es la más común. ¿Por qué no pueden entender que mi manera de querer va más allá de consagrar tu existencia al ser querido? Tengo tanto cariño para dar, que no me siento con el derecho de reservarlo para mi gente más allegada (en distancias tangibles). Cualquier nuevo amigo puede obtener mi cariño, se lo merece por el simple hecho de tomarse la molestia de intentar conocerme. Es decir, quiero con la misma intensidad, no importa qué seas de mí. Pero el cariño que te dedico es especial, porque lleva tu nombre y tu color: es único. Y tampoco importa si te cuesta trabajo creerlo. La cantidad de afecto que tengo para regalar me alcanza para darme el lujo de derrocharlo todo en las clasificaciones de cuanta gente me importa. ¿Y qué diablos importa si para ellos no soy igual de relevante? Realmente, nada. Si tú estás sintiendo algo dentro de tí que te hace sentir bonito, entonces vamos por buen camino. ¿Qué pierdes por amar? Tal vez algunos complejos, pero no creo que nada grave.
En fin, creo que dejaré las filosofaciones por el día de hoy y me dedicaré a terminar mi tarea, que lleva como una hora en espera de que termine este post. Así que me retiro. Les mando un abrazototote a mis amigos de la inter que hace SIGLOS que no veo!! ;(K);
Oyendo: Move you body-- Eiffel 65
Pensando: if you wanna move alone, then everybody will move alone with you(8)
Numero de "enfines" en el post: 7 *v*
Posdata:
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