Sí, las odio. Me ponen tan melancólica. Me frustra no poder elegir todas las opciones. Y detesto eso de tener que sacrificar una por la otra. Maldito sea el opportunity cost.
Hay tantas cosas aquí por las que quiero quedarme. Otras por las que quiero volver; y otras más por las que me quiero ir. Y me enerva que en la balanza todas pesen lo mismo.
Quiero quedarme porque la gente que he conocido aquí es invaluable e inintercambiable. Son personas que no estoy dispuesta a dejar atrás. No quiero. Quiero quedarme, también, porque tengo miedo de que, al irme, todo esto que estoy viviendo quede en mis recuerdos y nunca vuelva. Que todas esas salidas, esas risas, esas lágrimas y esas experiencias se transformen en ecos lejanos, en cosas intangibles. No quiero alejarme de esas personas tan especiales que me hacen ser tan feliz. No quiero dejar esta vida, que con sus pros y contras, me hace ser feliz.
Quiero volver porque tengo la esperanza de poder rescatar aquéllo que dejé hace dos años y medio, inconcluso. Aquélla vida de niña de secundaria no volverá nunca, pero yo tengo Fe en que puedo salvar algo de esos restos. Cada vez que leo un mail de alguien de México, que me dice que me extraña y me recuerda, no se cansa de decirme que cuando vuelva todo será hermoso; yo deseo tanto que así lo sea... deseo volver a las risas interminables, a las pijamadas en mi casa, a las películas, a las pláticas profundas aquéllas, al equipo de estudio. Quiero volver a todo eso.
Quiero irme para alcanzar mi sueño. Para estudiar lo que realmente me llena, lo que me hace sentir plena. Quiero, también, sentir esa independencia que, a veces, siento tan necesaria. Quiero irme para luchar por todos mis sueños, para realizar mis metas en la vida. Para crecer como persona, como artista, como animadora, como actriz... como todo eso que, al ejecutarlo, hace que la sangre de mis venas corra rápido, hace que me sienta capaz de todo, hace que quiera hacer eso por el resto de mis días. Eso que satisface mi necesidad de crear, eso que me llena el vacío académico que suelo sentir.
Pero sigo en el mismo lugar. En medio de la encrucijada, sin saber qué hacer, ni para dónde caminar. Me siento perdida, no sé para dónde ir. No puedo dar un paso, sin pensar en las demás opciones. ¿Es que acaso la única salida es elegir una sola opción? Quedarse, volver, irse. Irse, quedarse, volver. Volver, irse, quedarse. Quedarse... Volver... Irse...
Malditas decisiones en la vida.
Oyendo: Cannon in D--- Pachelbel
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