Como las hormonas por ejemplo.
Sip, hoy ha llegado otra crisis hormonal. Detesto la puta adolescencia.
A veces me arrepiento tanto.
Lloro y lloro, pero me sigo preguntando porqué.
Las lágrimas no me dan respuesta.
Y no lo harán.
A veces creo que sólo escogí el camino más doloroso, por tonta.
Pero, entonces ¿en qué cree uno?
¿No es un sueño por lo que se da todo?
¿por lo que se lucha, hasta el final?
Pero, ¿hasta el final de qué?
¿de las lágrimas?
¿de la fuerza?
¿del corazón?
A veces creo que he sido demasiado egoísta en decidir algo que sabía que afectaría a otros. A veces me siento culpable de los miedos de alguien más. Y de las lágrimas también. Y nadie puede negarlo, soy culpable.
Me arde. Me arde pensar que ya no voy a estar ahí en los momentos que sea necesaria. No inventaremos chistes locales. Nada. Me arde, me duele, me calcina saber que ya no estoy para ustedes. Y mis lágrimas actúan como combustible de tales llamas.
¿Y si me hubiera quedado?
¿Qué hubiera pasado?
Maldito sea el hubiera.
¿Cómo sería mi vida, con quién me hubiera quedado, si tan sólo...
Y recuerdo a todas las personas importantes en mi vida.
Están todas desparramadas por donde quiera.
¿y qué hace uno?
Se rompe el corazón para dejar un pedazo con cada una de esas personas; eso hace.
Oyendo: Chocolate Explorers-- Charlie and the Chocolate Factory OST
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