lunes, marzo 16, 2009


"The greatest friend of Truth is time, her greatest enemy is Prejudice, and her constant companion Humility".


Creamos o no en alguna entidad divina, es innegable nuestro lugar en el mundo. Habiendo millones de personas (en aumento a cada momento), ¿qué nos hace especiales?

Años y años luz en el universo; nosotros, comparados con la más pequeña de las estrellas no somos más que una pizca de nada. Vamos, que cualquier día nos muerde un perro y podemos morir, o perder un miembro. Qué digo un perro, simplemente cualquier bichito venenoso que nos pique y, o nos hinchamos, o nos morimos.

¿Qué son 70 años comparados con los miles y miles de años de historia documentada? Y muchos de nosotros no tenemos, o no llegaremos a vivir hasta los setenta. ¿Por qué nos damos tanta importancia?

Es verdaderamente humillante (por lo tanto: difícil) reconocer que no somos nada. De ahí que tan poca gente lo haga.

¿Qué pasa cuando te hieren el ego? ¿qué pasa si no eres perfecto? Francamente, nada. No se te cae un brazo, no explotas. Pero a nadie le gusta que le digan que está en el error. Y tampoco nos gustan las cosas que requieren esfuerzo, y nos pasamos la vida buscando la salida fácil a todo.

No es sencillo llevar una vida abnegada, rechazando al ego y a la vanidad… Son extremadamente persistentes y astutos. Nos hacen creer que somos incomparables, nadie como nosotros, no, señor. Pero no olvidemos que hasta una piedra (que no oye, no habla, no se mueve) nos puede matar, y ahí termina todo.

A final de cuentas, por nosotros mismos, no somos nada.

¡Qué declaración! Debo recordarla todos los días, preferiblemente por la mañana.



Oyendo: Happy Boys &Girls-- Aqua

1 comentario:

Giselle dijo...

Love emi

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