jueves, abril 23, 2009


"Sometimes your joy is the source of your smile, but sometimes your smile can be the source of your joy".


Hoy me encontré una foto mía con Dos Sílabas…

Algo me pasó, pero todavía no sé qué.

¿Qué me hiciste, Dos Sílabas? ¿En dónde enterraste lo que mataste en mí? Porque yo nunca lo encontré. Quiero parecer fuerte, quiero fingir que no recuerdo; pero esa cicatriz es ineludible. La veo en las mañanas cuando me levanto, la veo cuando me meto en la regadera, la veo en el espejo. Como si fuera una gran rajada a lo largo de toda mi cara, siempre recordándome aquéllo.

A veces, tengo ganas de escribirte con la mera intención de que sepas que una parte de mi murió por tu culpa. Pero dudo que seas capaz de sentir remordimiento.

Supongo que tu vida siguió siendo leída como estaba en el libro. Yo le tuve que arrancar páginas al mío. Recortar pedazos, remendando aquí y parchando allá; hasta que volvió la coherencia; hasta que la confianza sacó una pequeña mano de debajo de la tierra. Débil, temblorosa, insegura.

A lo que me hiciste no le encuentro nombre. ¿Destrucción? ¿Exterminación? ¿Menoscabo? ¿Estropicio? ¿Quebranto?

Hay veces que todavía busco, pero me quedé sin saber qué te llevaste.

Si nunca me quisiste, ¿por qué carambas no me lo regresaste?

Ah.

Claro.

Cómo olvidarlo, ¡era tu premio!

Seguramente lo pusiste en un estante junto a los otros.


Oyendo: Creamy & Spicy--Ai Otsuka

domingo, abril 19, 2009


"Finish each day and be done with it. You have done what you could. Some blunders and absurdities no doubt crept in; forget them as soon as you can. Tomorrow is a new day; begin it well and serenely and with too high a spirit to be encumbered with your old nonsense".


Felicidad. ¿No es, acaso, Felicidad?

No, creo que se llama Esperanza; como mi abuelita. Aquella persona que me gritaba a las cinco de la mañana y me preparaba mi desayuno antes de ir a la prepa. Mmmmm, nada como aquellos tacos de tortilla de harina con frijol.

¿Qué dices? ¿Qué la Felicidad es elusiva?

Y, me pregunto yo, ¿por qué todo el mundo dice que no puede encontrarla?

¿Por qué la buscamos? ¿Por qué no podemos simplemente verla, sentirla, serla, cantarla? ¡Pero, si es tan simple!

Hoy me toca ser feliz. A pesar de todo lo malo que hay (o puede haber, o habrá) en mi vida, hoy es uno de esos días en que nada me baja de mi nube. Voy, como Gokú, planeando en el cielo, haciendo figuras con mi nube voladora. Dichosa, revoloteando y saboreando esos recuerdos de harina y frijol.

En este día los problemas son irrelevantes. Que si veo o no veo, que si escucho o no escucho. Que me hable quien quiera, pero hoy nadie me baja de mi nimbo para contestar.

Escucho la lluvia afuera. No, más bien la huelo. Es el aroma del lodo, del parque y de aquellos días solitarios de infancia. Ja, ja. También es el olor a ese día que me quedé afuera, sin llaves. Y estoy segura que será el perfume de muchos días hermosos por venir.



Esperanza siempre juega con los otros niños; pero, pobre, es tan bajita que siempre pasa desapercibida.


Oyendo: Cheek to Cheek—Fred Astaire.

martes, abril 14, 2009


"A great preservative against angry and mutinous thoughts, and all impatience and quarreling, is to have some great business and interest in your mind, which, like a sponge shall suck up your attention and keep you from brooding over what displeases you".


Odio no poder dormir cuando me tengo que levantar temprano al día siguiente.

Hoy fue un buen día, con todo y todo. De hecho, ahora que pienso en todo… creo que no fue tan bueno.

La pequeña Esmeralda perdió su celular por segunda vez. Es injusto decir que es la segunda vez, siendo que la primera no fue pérdida sino ratería, pero esta defensa no nos regresa el aparato perdido. ¡Ánimo, pequeña princesa! Aunque todos te quieran hacer creer lo contrario, todo lo material pasa; se atrofia y se tira a la basura. No os agobiéis, princesa. El Reino os necesita.

Tal vez suene mal, pero ver el infortunio de las demás personas me hace ver que realmente soy bastante bienaventurada (por no decir bendecida, porque luego uno toca temas religiosos y la gente se ofende). No, no disfruto de la desdicha de la gente a mi alrededor. Honestamente, mi empatía me lo impide. A lo que voy es meramente el hecho de que me hace consciente de que no estoy tan mal como mi mente emo me quiere hacer ver.

Nosotros siempre tenemos los peores problemas, las peores familias y no hay desventura como la nuestra. Oh, nuestra vida es en verdad pésima. ¿Quién se apiadará de nosotros? ¿Tendremos arreglo?

Claro, nadie se acuerda de los niños desnutridos en África. Es más, ¿para qué nos vamos tan lejos? Los reto a caminar una hora por la ciudad y si no ven pobreza vienen y me cachetean por mentirosa.

Yo era de esas personas, y creo que todos lo somos, o lo fuimos en algún momento (muy probablemente en la adolescencia). Mi vida era lo peor, mis problemas arrasaban cual terrible chubasco, mi familia era un tirano inflexible; ¡nadie me entendía! Oh, woe is me.

Y, bueno. La verdad es que muchas de esas cosas que antes eran tan terribles no han cambiado. Y probablemente no lo hagan. ¿Por qué, entonces, esos viejos problemas ya no tienen relevancia? ¿Será que han sido suplantados por otros dilemas de mayor nivel? ¿O será que dejaron de importarnos?

¿Le da grandeza a un problema nuestra visión de él? ¿Qué es lo que alimenta al poder que tienen los problemas sobre nosotros? Pero, aún más importante, ¿quién les da de comer ese alimento?

Es sencillo: uno mismo nutre la supremacía de estas contrariedades. La pregunta es: ¿Por qué nos gusta tanto?

No conozco persona que no le guste ahondar en las injusticias que se le han hecho (y me incluyo, porque me conozco). Y que si nos ofendieron, y que si nos humillaron. Ay, pero no hay que olvidarnos de aquel día en que nos engañaron. Sí, eso fue horrible, hay que recordarlo. ¿QUÉ RAYOS? ¿Por qué esta naturaleza humana insiste en revivir estas cosas inservibles? ¿Qué necesidad de estar desperdiciando tiempo en recuerdos inaprovechables? En verdad que no lo entiendo, y quiero que cese.

¡Basta! Hoy le doy el día libre a todo eso. Que me vengan a molestar después.

Pero no mañana, porque veo a Saty… ¡felicidad!



Oyendo: Good Morning Starshine--- Fifth Dimension

viernes, abril 10, 2009


"Many people think that if they were only in some other place, or had some other job, they would be happy. Well, that is doubtful. So get as much happiness out of what you are doing as you can and don't put off being happy until some future date".


Y volvemos con el sofoco.
Un día de estos te voy a dejar de hablar y a ver qué carambas haces.

Blargh, blargh. Estoy de malas.

En serio no sé qué rayos te pasa por la cabeza. ¿Qué te hace sentirte con tantos derechos sobre mí? Ni mi mamá sabe en qué ando a cada segundo de mi vida, mucho menos tú. Créemelo.

Y no sabes cómo me irrita el hecho de que siempre quieres quedar bien conmigo. ¿Crees que eso te cambia como persona? Déjame romperte la burbujita, corazón. Sigues siendo el mismo, no importa que te me presentes como un héroe o un mártir.

Ay, pobrecito. Ay, hay que ayudarlo. Ay, hagámoslo feliz. PAMPLINAS. Me choca la gente que se hace la víctima para ganarse el cariño de los demás. Yo no soy la arregladora de vidas de nadie. Yo no soy tu salvación, tu mujer perfecta. Estoy hasta el queque de ser la salvadora de todo mundo; el amor de su vida. SÍ, CLARO. Y repito: SÍ, CLARO.

¡Qué cabreo me traigo! Más bien, me provocas.

En verdad que no te entiendo. Lo intento, pero somos tan diferentes que no me cabe en la cabeza tu manera de pensar y de actuar. No comprendo tu egocentrismo y tu interminable indignación. Hago lo que puedo por llevarla en paz, pero no me dejas.

¿Qué quieres de mí?
Sabes que conmigo tus truquitos no funcionan.
Así que, por qué no me dices de una buena vez qué carambas quieres de mí, para que podamos seguir con nuestras vidas en paz. Joder.
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Arrebatos de ímpetu a un lado, me gustaría pedir a domicilio una dotación extra de paciencia, porque últimamente se me termina muy pronto.

Hace unas horas, mi cuarto fue visitado por un demonio del polvo. Y ni siquiera es broma.

Estaba yo sentada, felizmente, enfrente de mi computadora. De pronto, de la nada, una ráfaga titánica arrasó con todo el polvo de la terraza… y me lo vino a dejar en mi cuarto. No sólo en el piso; nooooooooo, al señor demonio del polvo le pareció buena idea dejar su huella en mi cama, mi tocador, mi escritorio, mi computadora, mi librero y en mi comida.

No tengo palabras para describir la cantidad de polvo y hojas secas que había en mi cuarto. Tuve que aspirar todo y barrer como setecientas veces. ¡Vaya manera de perder el tiempo! Gracias, demonio del polvo. Por tu culpa desperdicié horas de mi vida limpiando.

Cuando por fin terminé, era hora de cocinar mis panes sin levadura para esta semana. Era la primera vez que los hacía, y he de decir que no me fue tan mal. Aunque aún no puedo entender por qué se pegaba la masa por todos lados. Probablemente porque no usé manteca, pero en fin. Quedaron un poco dulces, pero qué se le hace; igual me los comeré.

Total, que entre la tolvanera y el pan sin leudar, empezó el Sábado y ya no pude trabajar en el cartel, ni en la foto, ni en el scrap, ni en nada. ¡Qué vida!

Pasando a cuál es mi estado emocional en este momento (la pregunta favorita de Tortuga)…. Y, bueno. Describámoslo en una metáfora, porque de otra manera berreo mucho.

¿Conocen a esas personas que viven en “caos”? De las que tienen su escritorio lleno de cosas en una aparente anarquía, pero saben perfectamente dónde está cada cosa dentro de ese “desorden”. De esas que, después de que limpian y tienen espacio libre, lo van llenando poco a poco, hasta que queda igual que como empezó. Y el tocador se va poblando de cosas: hoy un cepillo, mañana una revista. Que si las tijeras, un collar o unos dulces. Y termina el mueble siendo una batahola; un jolgorio (mudo, y tal vez lúgubre) de contenedores, accesorios y objetos triviales.

Mi estado emocional en este momento es ese tocador.
No hay nada más que profundizar (por ahora).


Oyendo: Pagrag—Maksim Mrvica