domingo, abril 19, 2009


"Finish each day and be done with it. You have done what you could. Some blunders and absurdities no doubt crept in; forget them as soon as you can. Tomorrow is a new day; begin it well and serenely and with too high a spirit to be encumbered with your old nonsense".


Felicidad. ¿No es, acaso, Felicidad?

No, creo que se llama Esperanza; como mi abuelita. Aquella persona que me gritaba a las cinco de la mañana y me preparaba mi desayuno antes de ir a la prepa. Mmmmm, nada como aquellos tacos de tortilla de harina con frijol.

¿Qué dices? ¿Qué la Felicidad es elusiva?

Y, me pregunto yo, ¿por qué todo el mundo dice que no puede encontrarla?

¿Por qué la buscamos? ¿Por qué no podemos simplemente verla, sentirla, serla, cantarla? ¡Pero, si es tan simple!

Hoy me toca ser feliz. A pesar de todo lo malo que hay (o puede haber, o habrá) en mi vida, hoy es uno de esos días en que nada me baja de mi nube. Voy, como Gokú, planeando en el cielo, haciendo figuras con mi nube voladora. Dichosa, revoloteando y saboreando esos recuerdos de harina y frijol.

En este día los problemas son irrelevantes. Que si veo o no veo, que si escucho o no escucho. Que me hable quien quiera, pero hoy nadie me baja de mi nimbo para contestar.

Escucho la lluvia afuera. No, más bien la huelo. Es el aroma del lodo, del parque y de aquellos días solitarios de infancia. Ja, ja. También es el olor a ese día que me quedé afuera, sin llaves. Y estoy segura que será el perfume de muchos días hermosos por venir.



Esperanza siempre juega con los otros niños; pero, pobre, es tan bajita que siempre pasa desapercibida.


Oyendo: Cheek to Cheek—Fred Astaire.

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