Tal vez he dejado que mi parte reflexiva domine mi espacio en internet. Pero no me arrepiento, porque esa parte también soy yo. Creo que si alguien me leyera antes de haberme visto en vivo, dudaría que somos la misma persona. Y no es que en mi blog sea una y en vivo otra, simplemente que cuando convivo con otras personas trato de sacar fuerza, de sabrá la Vaca dónde, para poder ser la chispita que mis personas especiales necesitan. No puedo dar apoyo moral sin esa fuerza mágica que aparece cuando hay un amigo en apuros. De hecho, creo que hay una relación coherente entre lo nostálgico de mi escribir (ahora) y lo hiperactivo de mi ser. Aunque tal vez no es tan coherente, pero tiene lógica para mi existir: dejo las tristezas escritas (pues, como he dicho mil veces, al darles nombre tengo control sobre ellas--o ellas sobre mí--), y éstas se quedan aquí... en pixeles, uno junto al otro, formando palabras que pierden sentido cuando dejo la silla. Esto me permite ser la misma todos los días sin derrochar bilis a lo bruto. Me deja disfrutar de cada momento al máximo. Me deja que ser la chispita que todos conocen.
Y si te estás preguntando dónde escribía antes lo nostálgico, te contesto que lo hacía en libretas; pero que siempre lo he hecho. Sólo que ahora mi blog es tan parte de mí que quiero que lo tenga todo... quiero poder ver a todas las Emis en este blog. Por cierto que ya le quité cosas a los posts... empiezan a dejar de aplicar.
That Is All.
Oyendo: ruido de la gente en la biblioteca.
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