miércoles, noviembre 12, 2008


"El azar es la metáfora perfecta".


Hoy me jugué el todo por el todo, y me cayó un veinte encima. Me aplastó como yunque.

Hay cosas que uno no puede entender a menos que esté solo. No puedo seguir en esta carrera en que me tiene la vida, por eso me voy a sentar en una banca hasta que sepa bien a dónde quiero llegar. Necesitaba un break, lo pedí y me fue dado. Soltera de nuevo, es la única manera en que puedo restablecer mi relación con Dios, que es la más importante para mí en esta vida. Cerca de Él, todo se esclarece. Esta incertidumbre de mi situación se puede transformar en un día claro de Abril.

Este hiatus me desestresa. Prefiero estar soltera a que me digas que no sabes cuándo estaremos juntos de nuevo. Me duele menos de esta manera, y mi salud espiritual puede sobrevivir.

Fuera de los hechos más recientes en mi vida, la necesidad de una relación normal y el suplicio de ver mi amor morir eran demasiada tortura. Sé que estás allá por mí, pero ¿de qué me sirve eso si el amor se me muere ahorita? ¿Cuál es el precio?... Necesito espacio, tiempo y una gran cantidad de chocolates. Tal vez alcohol.

Estoy exhausta. Las distancias son un calvario y se me acabaron las fuerzas. Debo parar, sosegarme, reponer energías. ¡Qué tormento! Me duelen todas las cosas abstractas posibles. Y, a la vez, otras se sienten liberadas. Es la mezcla de emociones más rara que he sentido en toda mi vida, y eso ya es decir algo.

Desbarajuste se queda corto. Barahúnda es poca palabra.

Tengo miedo, congoja, nervios, hambre, alivio, fatiga, sinsabor, quietud, guerra, consuelo, turbación, desahogo.

Hoy me toca estar desorientada y apabullada. Esperemos que mañana me toque algo mejor.


Oyendo: Para Que Regreses—El Chapo De Sinaloa





No hay comentarios.:

Publicar un comentario