"You better shape up, 'cause I need a man, and my heart is set on you!".
Bueno, hace muchos días que no posteaba porque no tengo línea telefónica. En caso de que se pregunten cómo estoy posteando a la una y media de la mañana, es porque me estoy robando la línea telefónica de la tienda de abajo xD
En fin, en estos días han pasado tantas cosas... y creo que este va a ser el post más enfermo que he de escribir en mucho tiempo.
Mientras no tenía internet, y no tenía cosas que arreglar en la casa, me ponía a reflexionar y a escribir... hay dos textos que quisiera poner aquí.
El texto siguiente lo hice como al 4to día de haberme cambiado de casa, cuando me dí cuenta de que no tengo librero para poner todos mis libros. Me frustré de una manera muy curiosa, y esto fue lo que salió:
Nunca me había preguntado, hasta este preciso momento, qué sería de mí si me quitaran mis letras. Mis palabras, mis armas, mis vidas. Si me arrebataran de pronto aquello que siempre me acoge en sus brazos. Si me quitaran este refugio? ¡Oh, Dios Mío! Nunca lo había pensado. Jamás había pensado en el desorden que causaría a mi vida la ausencia de las letras. ¿Qué sería de mí, sin saber leer? ¿sin saber escribir? Sin poder entender sentimientos. Sin poder evitar errores? sin poderme conectar con aquél otro que también vive de las letras. Estar en la oscuridad abismal del analfabetismo? No creo que pudiera tolerarlo. Mi imaginación jamás podría haber creado ningún mundo para tomar asilo. Mi corazón nunca hubiera podido hablar. Mi mente se hubiera mantenido quieta, a la espera de las telarañas insulsas de la monotonía. ¿Hubiera podido tolerar la decadencia de este mundo sin el bálsamo de los libros? ¿sin tener ninguna letra que me reconforte, que me recuerde lo que hay dentro de mí? ¿quién me hubiera dicho todo lo que los libros me han dicho? ¿quién?
Después fui a la mentada entrega de diplomas de la prepa... error. Tuve que ir sola porque mi papá tenía trabajo, y mi madre se limitó a decir "No quiero ir a esa tontería, ve tú por el papel ese". Así que tomé un taxi, y me fui al mentado evento... nunca en mi vida me había sentido tan pinche. Me sentí naufragar, lo juro. Zozobraba entre tanto desconocido, y los conocidos me miraban desde sus barcos, me hacían señas, pero no se acercaban. Y, para colmo, el sunshine no me dijo nada, a pesar de que yo intenté entablar conversación... total, tomé mi diploma de prepa, y me fui caminando para tomar mi taxi. Ya en casa, la fuga de agua en mis ojos explotó, y escribí lo siguiente:
Llegué y me fui del mismo modo. Sola.
Y así me sentía. Sola.
Me arreglé, me peiné, me vestí y me maquillé para nadie.
Todos con sus vagos saludos... todos movían sus manos y decían palabras insinceras. Todos te daban abrazos vacíos. Todo era como un agujero abismal en el que yo estaba parada en medio, viendo una televisión con un solo canal; el cual no proyectaba más que sonrisas sinceras dirigidas a otras personas. Me enseñaba abrazos sinceros entre otros. Me torturaba con ese apoyo que yo en mi abismo no tenía. Sonrisas y felicidades que nadie me daba. ¿Por qué soy tan tonta? ¿por qué no quiero ver que nadie me va a regresar lo que yo doy? ¿por qué me niego a ver que es así como funciona el mundo? ¿por qué siempre he de ir en contra? Y ahí, en esa marea de personas felices, yo contuve mis lágrimas. No iba a permitirles mirarlas. Les doy mi corazón, pero mis lágrimas son mías.
Altiva, me abrí paso entre la multitud. Me traté de camuflagear entre ellos, y puse en mi rostro una sonrisa de porcelana. Nunca pensé que la porcelana se rompiera con el agua... porque así fue como pasó cuando cayó la primera lágrima. Y, después de recoger los pedazos de mi sonrisa, me quité el maldito vestido... y enojada con el pobre objeto inanimado, lo aventé con toda mi desesperación hacia el mismo bote de basura donde tiré los trozos de porcelana.
Me miré en el espejo. Mira, la pobre tonta del otro lado del espejo. Mira, cómo llora. Mira, cómo el maquillaje se desvanece... tapé con mi mano mi cara en el reflejo.
Oh sí, me sentí horrible. Pero, en fin, pasó. Al día siguiente fue la graduación. Y me la pasé tan bien. Recordé tantas cosas, e hice tantas otras xD Fue una noche buena, espero que no se me olvide nunca. Cuando llegué a mi casa, aproximadamente a las 6am del siguiente día, me puse a reflexionar sobre muchas cosas... pensé ¿no he estado perdiendo mi tiempo queriendo a alguien que no me quiere? ¿he vivido en una ilusión, yo sola? Pero entonces recuerdo que no he perdido mi tiempo (gracias, Johanna!!), que toda esa felicidad, todo ese amor dado incondicionalmente, todas las tonteras que hice y las babosadas que dije, todos esos nervios, toda esa ansiedad, toda esa sensación fría que recorría mi espalda al verlo reír, todo eso no fue en vano. Todo eso no es en balde. Y pase lo que pase, yo soy lo que soy por cómo soy. Y si no entendieron, no lo puedo replantear porque esas son las palabras precisas. Por todo eso soy un ser humano, y he de decir que extremadamente sensible, pero qué diablos! Si me enamoro muy rápido, qué más da! Si sufro porque no me corresponden, qué más da! Lo que me hace ser quién soy no es el evitar el sufrimiento negándome al amor, sino el poder levantarme cuando tropiece (lo cual suele suceder con frecuencia). El poder decir: Yo me caí, y yo me levanté, y seguí caminando. Y sí, me volví a tropezar, pero me volví a levantar y lo haré las veces que sea necesario. Y me empujaron, y se me rompió una pierna, no importa. Me quedaré, tal vez, sentada un momento, esperando a que se cure mi pierna, pero me voy a levantar. SIEMPRE ME VOY A LEVANTAR. Porque, ¿para qué quedarse ahí tirado por siempre? No tiene caso quedarse ahí tirado. Te pierdes demasiadas cosas de la vida por estarte ahí moribundeando. Es mejor levantarte y seguir... ¿quién te dice que lo que viene no es mejor?
Y así, herida y sangrando, me levanto. Me pongo en pie, y me doy cuenta de que la herida no es tan grave como yo pensaba... camino un poco, y duele... vaya que duele... pero si no camino, si no sigo adelante... blah, para qué pensar en qué pasaría si no camino, si ya estoy caminando?
Pasitos lentos, pisadas rojas, rodillas temblorosas. Pero, a pesar de todo eso, sigo caminando.
Oyendo: You spin me right round-- Billy Idol